Según la leyenda, Tarazona fue edificada por Túbalcaín y reedificada por Hércules, y así figura en el escudo de la ciudad ya desde el siglo XVI, "Tubalcain me aedificavit. Hércules me reaedificavit".
Los restos más antiguos de la actual Tarazona datan de finales del siglo I a.C., si bien existen noticias documentales de la acuñación de moneda en la en Turiasu desde el siglo II a.C.
En época ibérica la ciudad estaría reducida al barrio del Cinto. Las calles eran rectas y estaban rodeadas por una muralla que encerraba unas 3.5 Ha.
Cabeza de Augusto hallada en |
Con la conquista romana, Turiaso crece su perímetro urbano y se extiende hacia el Río Queiles y acuña su propia moneda. De la época romana se han encontrado restos de villas urbanas, mosaicos policromos y bicromos geométricos, cerámicas, algún ejemplo de escultura y sarcófagos. Sin embargo, la pieza de mayor valor hallada en la ciudad se expone en el Museo de Zaragoza. Se trata de un busto excepcional del emperador Augusto tallado en sardónice indio a comienzos del reinado de Trajano. Este hallazgo recuerda que, según la tradición, Augusto pasó por Tarazona cuando volvía de las guerras de romanización del norte peninsular y paró durante algún tiempo para recuperarse de diversas dolencias en los baños de Turiaso. Existe la creencia de que las aguas del Queiles tenían valores curativos. La pieza está calificada como el hallazgo romano más importante en España en el siglo XX.
En 2007 se produce un gran hallazgo de restos arqueológicos de esta época debido a los trabajos de restauración de la catedral. Junto al pórtico aparece un edificio semicircular con un gran mosaico romano, una necrópolis y un baptisterio tardorromano, todo del siglo IV. En 2013 hallan un nuevo mosaico muy cerca del anterior, parece que ambos restos estan relacionados a un gran complejo romano.
Las invasiones del siglo III destruyen la parte baja de Tarazona, por lo que los supervivientes tienen que abandonarla y replegarse en la zona del Cinto.
En el siglo VI, Tarazona se convierte en una de las fortalezas más importantes de los visigodos frente a los vascones. Su fisonomía urbana era similar a la ciudad bajoimperial romana, aunque muy marcada por su carácter militar y episcopal. La catedral visigoda se ubicaría en el actual templo de San Atilano o en el de la Magdalena, dentro del Cinto, al menos desde el año 449.
Hacia el año 714 es ocupada por los musulmanes y la ciudad crece considerablemente. Se mantiene el barrio del Cinto como núcleo fundamental o medina y se crean dos arrabales; uno en el actual barrio de San Miguel y otro en la zona de la calle Alta Merced. La mezquita mayor pasaría a ocupar la catedral de los visigodos. Se desconoce la ubicación de la mozarabía, que debió de ser importante hasta que en el año 878 se trasladan a Tudela, con lo que Tarazona sufre una importante regresión demográfica. Los judíos estaban instalados en la llamada judería vieja.
En el año 1119 la ciudad era reconquistada por Alfonso I el Batallador y dos años más tarde se procedía a la fijación de los límites de su obispado. A la muerte del alfonso I el Batallador, Alfonso VII de Castilla ocupó Tarazona y otras ciudades aragonesas, volviendo poco después nuevamente a manos aragonesas. Dada su posición fronteriza con los reinos de Castilla y Navarra, Tarazona sufrió diversas ocupaciones a lo largo de la Edad Media.
Tras la reconsquista, recibe un número importante de repobladores, y los musulmanes vencidos se retiran a un barrio alejado llamado Tórtoles, la judería se situaba al norte del recinto amurallado y los cristianos crecen hasta desbordar el núcleo primitivo, descendiendo la ciudad hasta el llano.
Se crean dos barrios nuevos, uno en la calle Mayor y otro envolviendo el arrabal de San Miguel. Los judíos extienden su barrio mezclándose con los cristianos en la llamada judería nueva. El mercado se sitúa en la plaza de la Magdalena, cuya iglesia se convierte en catedral provisional. Se constuye a mediados del siglo XII la catedral nueva al otro lado del rio. Los mulsulmanes quedan instalados fuera de la muralla pero junto al Cinto, en el Barrio de San Juan.
En 1495 se celebran Cortes en Tarazona con la presencia de los Reyes Católicos que se alojaron en el palacio episcopal. Las sesiones tuvieron lugar en la cercana iglesia de la Magdalena.
El siglo XVI supone un despegue demográfico y económico para la ciudad, se fundan numerosos conventos, florecen de forma decisiva las artes en la ciudad. En la revuelta de Antonio Pérez, secretario de Felipe II, se puso la ciudad de parte del monarca. La reunión de las Cortes en Tarazona en 1592 acabaron con los Fueros de Aragón.
La expulsión de los moriscos supuso una importante pérdida para Tarazona, incluso algunos pueblos del valle del Queiles quedaron abandonados.
Iglesia de la Magdalena | |
Felipe V recompensó a Tarazona por su fidelidad en la Guerra de Sucesión concediéndoles en 1707 una serie de privilegios. El siglo XVIII ve empobrecerse a la ciudad, agobiada por las constantes contribuciones a las que la sometieron los monarcas de la casa de Borbón. En la segunda mitad del siglo hay una revitalización de la ciudad, que a finales del XVIII es la segunda de Aragón con mayor población tras Zaragoza.
En la Guerra de la Independencia las tropas francesas ocupan Tarazona de la que había huido el gobernador militar de la plaza. La ciudad envió un representante a las Cortes de Cádiz para defender la Constitución. Tras la guerra, Tarazona va a verse decididamente implicada en un lento pero progresivo proceso de industrialización.
Con la reforma del Estado en 1833, Tarazona queda incorporada a la provincia de Zaragoza. Se amplía notablemente el casco urbano y se construyen numerosas fábricas e industrias, pero poco a poco va perdiendo su función administrativa a favor de la capital.